Microbioma de la piel

Diferencias entre Microbiota y Microbioma.

Como ya hemos visto, la microbiota es el conjunto de microorganismos que residen en nuestro cuerpo en una relación de mutuo beneficio: viviendo con nosotros consiguen alimento y a cambio, mantienen a raya a microorganismos patógenos que podrían ser dañinos si crecieran demasiado. Especies estables y otras transeúntes habitan en nuestra piel y en las cavidades abiertas al exterior, que son, fundamentalmente, la vagina y el aparato digestivo.

El microbioma es el conjunto de la microbiota, sus genes y el hábitat en que están. Todos estos microbios (bacterias, arqueas, virus, hongos y protistas) están afectados por las condiciones ambientales que les rodean. Con una asombrosa capacidad de adaptación, este ecosistema ha evolucionado hasta convertirse en un importante aliado para la supervivencia humana.

¿Qué es el Microbioma de la piel?

Cada individuo posee una comunidad microbiana peculiar que depende de su genotipo, de la colonización postnatal y de la alimentación que recibe durante los 2 primeros años de vida.  La flora cutánea tiene una diversidad esencial y única en cada individuo.

El microbioma cutáneo se forma desde el nacimiento, al entrar en contacto con la flora vaginal, en un parto por vía baja, o con la flora del vientre, en caso de cesárea. El universo microbiano va evolucionando de forma progresiva y varía según la zona del cuerpo (es muy diferente en la cara, axilas, espalda, etc.) y en función de muchos factores:

  • edad (nacimiento, pubertad, vejez)
  • sexo (hombre, mujer)
  • factores genéticos
  • factores fisicoquímicos (humedad, pH, temperatura, contenido lipídico de la piel). El ejemplo está actualmente con las alteraciones que se ven por el uso continuado de las mascarillas.
  • entorno (clima, localización geográfica, estación)
  • estilo de vida (alimentación, higiene, productos cosméticos, condiciones socioeconómicas, etc.)
  • estado del sistema inmune, la existencia de enfermedades, la toma de medicamentos, etc.

El microbioma de la piel tiene la importante función de ejercer como barrera para protegerse de la colonización de bacterias patógenas: son un arma defensiva contra las agresiones externas. Desempeñan una gran labor y trabajan en equipo con el sistema inmunitario de la piel.

El microbioma no solamente se distribuye en la superficie de la piel, sino que los folículos pilosos y las glándulas sebáceas y sudoríparas son compartimentos especiales con microambientes que se asocian a su propia microbiota. Se estima que un millón de bacterias viven en cada cm2 de nuestra piel.

Cuando el microbioma de la piel está equilibrado, las bacterias residentes protegen la piel de las transitorias como una barrera protectora biológica para combatir potenciales gérmenes perjudiciales.

Cuando se desequilibra a causa de factores ambientales o variaciones climáticas, con un cambio en el pH de la piel (en otro artículo hablaremos sobre este tema), agentes agresivos,  la radiación ultravioleta, la edad, una dieta pobre, el estrés, una mala higiene o daños externos (como la contaminación, ahora el uso regular de mascarillas) termina por deteriorarse.

Su función barrera disminuye drásticamente, se vuelve más vulnerable y aminora su capacidad de protección. Esto puede derivar en diferentes alteraciones cutáneas como una tez desvitalizada e irregular, piel seca o sensible, descamaciones, acné, rosácea, dermatitis, eccemas, hasta la aparición de pequeñas rojeces, sensación de malestar y aparición de líneas finas. Su importancia en la salud de la piel es fundamental.

También otros factores pueden alterar el equilibrio del microbioma de la piel.

Los tratamientos bactericidas o inmunosupresores pueden tener efectos inesperados en el microbioma. El uso de antibióticos causa, de forma intencionada, una pérdida transitoria en la diversidad bacteriana, pero incluso puede generar una pérdida a largo plazo de componentes distintos a las especies blanco.

Especialmente perjudicial es el estrés psicológico que altera la permeabilidad, la homeostasis de la barrera, la integridad del estrato córneo y la defensa antimicrobiana. Además de  inhibir la síntesis de lípidos epidérmicos.

Las investigaciones en este campo avanzan, pero todavía lo que se conoce es como la punta de un iceberg: aún queda mucho por descubrir y comprender en el funcionamiento del universo humano.

Seguiremos informándote de los avances científicos para que tu piel refleje salud y vitalidad.

En Alissa cuidamos la belleza, potenciamos la salud y cultivamos el bienestar desde una perspectiva integral. Todas nuestras recomendaciones son personalizadas, estudiando el estado de la piel y las variables que le afectan. Nuestras propuestas se ajustan a tus deseos de mejora y las necesidades que la piel presenta para lograr los objetivos.

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