Dermoplastia con ondas de choque

En Alissa realizamos la Dermoplastia con ondas de choque radiales: Esta tecnología produce pulsos de presión mecánica que se expanden en el cuerpo humano en forma de onda, penetran en la piel y llegan a sus capas más profundas, produciendo una estimulación mecánica del tejido conectivo, donde se encuentran las células grasas.

De esta forma realizamos un masaje neumático desde la superficie que fracciona la acumulación del tejido graso depositado en las zonas del cuerpo donde es más difícil eliminar volumen y grasa, ocasionando la celulitis y el aspecto de “piel de naranja”. Además, las ondas también logran una mejora general del aspecto de la piel porque aumentan la producción de colágeno y elastina, tratando la flacidez cutánea y minimizando la apariencia de las estrías.

Esta técnica actúa de forma muy potente contra la celulitis, que se produce  por una falta de elasticidad en el tejido conectivo, unida a un metabolismo reducido en la zona y a deficiencias locales en el riego sanguíneo y el sistema linfático.

La terapia con ondas de choque comienza a utilizarse en Medicina hacia 1980, para desintegrar los cálculos renales. Posteriormente, en los años 90, se introdujo en Fisioterapia para tratar lesiones y dolores musculares. Como ocurre en muchas ocasiones, se observó que podría aplicarse a más campos, como por ejemplo para la reducción de la grasa, pues los pacientes tratados mejoraban de forma sustancial el aspecto de los tejidos.

Estas ondas acústicas están producidas por impulsos mecánicos de origen neumático, amplia presión y duración variable. Por cada onda de presión, hay una onda de descompresión. La compresión y descompresión generan un movimiento fluido y dinámico en los líquidos intra y extra celulares. Esta vibración localizada incrementa la circulación sanguínea, la microcirculación y el drenaje linfático.

Sus efectos biomecánicos transportan la energía hasta la zona en la que está la grasa, y fraccionan, descomponen y reducen los adipocitos de los nódulos que provocan el aspecto irregular de la celulitis. A la vez renuevan, regeneran y remodelan el colágeno de los septos fibrosos, es decir, los tabiques que distribuyen los adipocitos en compartimentos. La falta de elasticidad en esta parte del tejido provoca la retracción de la superficie de la piel. También son muy efectivas en la reafirmación de tejidos, lo que se traduce en una piel más lisa, tersa y rejuvenecida.

La activación sanguínea y linfática que producen las ondas acústicas aumenta el ritmo del metabolismo del tejido, lo cual reduce el tamaño y volumen de los adipocitos y favorece la degradación de las grasas acumuladas. De esta forma se incrementa el flujo linfático, y se favorece la eliminación de residuos de la zona.Este tratamiento es muy adecuado tanto en los casos de celulitis dura o fibrosa (que presenta hoyuelos y se localiza en los muslos o nalgas), como en la celulitis blanda (de aspecto flácido o gelatinoso). También es muy recomendable en la celulitis edematosa, característica de personas que sufren exceso de peso y retención de líquidos.

Los cuidados personales son importantes para lograr mayor resultado y que este sea más duradero en el tiempo. Adecuar la alimentación, practicar ejercicio físico y aplicar cosméticos drenantes y/o reductores en la zona ayuda a potenciar y mantener los resultados.

La Dermoplastia está recomendada para personas de todas las edades que buscan reducir la grasa y mejorar la celulitis de zonas localizadas como el abdomen, caderas,  cartucheras, cara interna y externa de muslos, brazos y espalda. Puede utilizarse como tratamiento aislado o bien como complementario de otros procedimientos como la Mesoterapia, la Presoterapia, la Radiofrecuencia, la Cavitación, etc. También se utiliza para tratar las irregularidades que quedan en la piel después de haber pasado por una liposucción.

Ajustamos la intensidad aplicada para que no resulte doloroso, aunque puede ser algo molesto. No produce efectos secundarios, pudiendo aparecer algún pequeño hematoma en la zona tratada, que desaparece por sí solo en unos días.

No está aconsejado en personas con tumores, marcapasos, problemas de coagulación, embarazo, lactancia, inflamación, o que tomen tratamientos con corticoides.

El número de sesiones que son necesarias para obtener los resultados buscados depende de la cantidad de grasa que se tenga acumulada. Los tratamientos más habituales suelen necesitar entre 8 y 12 sesiones con una frecuencia de una o dos a la semana. Una sesión tiene una duración de entre 15 y 30 minutos.

 


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