CUIDA TU PROTEOMA

Las investigaciones actuales se dirigen a lograr un envejecimiento saludable y exitoso. Porque envejecer es lo mejor que nos puede pasar. Y hacerlo de la mejor forma posible depende en gran medida de lo que hacemos y también de lo que no hacemos. Puede ser un principio para ponerle sentido a todos los detalles de nuestra vida.

Cuando hablamos de envejecimiento cutáneo conviene recordar que es un proceso continuo, diverso y complejo. Intervienen muchos mecanismos en los que se producen cambios morfológicos y funcionales en toda la estructura de la piel. Y también está influenciado por el envejecimiento en las estructuras musculares y óseas.

Las nuevas investigaciones se enfocan en las proteínas porque realizan todas las funciones vitales. Hoy en día se estudia y detalla el conjunto de proteínas del organismo como anteriormente se hizo con los genes. Es el PROTEOMA.

Es un nuevo concepto que se centra en preservar la integridad y funcionalidad de estas sustancias porque la supervivencia del organismo depende de la actividad de sus proteínas, lo mismo que en su proceso de envejecimiento.

Las proteínas son el segundo mayor componente del cuerpo después del agua; es decir, más del 20 % de su peso. Son imprescindibles en todo el mecanismo celular y realizan muchas funciones clave en todos los órganos.

Como realizan todas las funciones vitales, la causa inicial de enfermedades relacionadas con la edad, y del propio envejecimiento, deben atribuirse al funcionamiento de las proteínas.

El Proteoma es una entidad dinámica que se adapta constantemente a las necesidades de la célula y de su entorno. Es, por tanto, el punto de partida de todas las funciones vitales de la piel.

En la piel están presentes muchas proteínas que juegan un papel tanto estructural como funcional. Constituyen la estructura, el ambiente y la densidad de las capas cutáneas. También se aseguran de que todos los procesos fisiológicos vitales, como la respiración, la reparación, la comunicación y la eliminación de residuos funcionan correctamente.

DAÑOS EN LAS PROTEINAS = MARCADORES DEL ENVEJECIMIENTO

La edad biológica de la piel no está necesariamente ligada a la edad cronológica. La piel envejece porque envejecen sus células y las células envejecen porque su proteoma se oxida.

En el envejecimiento de cualquier célula, incluidas las de la piel, se produce una alteración química de oxidación de sus proteínas, responsables de todas las funciones vitales. Esta alteración es la carbonilación.

Las proteínas deterioradas (carboniladas) pierden su estructura tridimensional y dejan de poder realizar sus funciones biológicas, por lo que deben reciclarse y eliminarse.

A medida que envejecemos, el nivel de proteínas carboniladas en el cuerpo aumenta considerablemente (hasta un 30 % de todas las proteínas del cuerpo, en particular en la piel).

Con la edad, se vuelve más difícil eliminarlas y se acumulan en forma de agregados tóxicos que dificultan la fisiología celular. Estos agregados proteicos son a la vez marcadores y aceleradores del envejecimiento. Obstruyendo los sistemas de desintoxicación de las células, transforman el proceso de proteostasis, esencial para el equilibro de la vida, en proteotoxicidad, que acelera el envejecimiento.

Los cambios y daños en las proteínas de la piel tienen unas consecuencias visibles en forma de arrugas y de pérdida de luminosidad, de densidad y de firmeza. Todos los signos de una piel envejecida.

Por eso es muy importante aplicar en la piel diferentes activos que ayudan a revertir estos efectos.

¡¡¡Y aquí llegan las ayudas!!!

Te lo contamos en el siguiente capítulo…